Cerro los ojos para no sentir vértigo, para ignorar la luz.Se estremeció, hacia mucho frio.Le extrañaba aquella flajedad, como convalecencia juvenil, aquel deseo de llorar en brazos de alguien. Volvió a mirar el reloj.Ya no. Estaba claro que ya no venia.Y la echaba furiosamente de menos, como un sueño evaporado,disparatado , absurdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario